Trasplante de microbiota fecal

microbiota fecal
3 noviembre, 2023

Durante muchos años, los microorganismos fueron vistos sólo como agentes causantes de enfermedades. Pocos podían pensar en utilizar probióticos para prevenir enfermedades. Menos aún en trasplantar las heces de una persona a otra.

Sin embargo, el trasplante de microbiota fecal (TMF) es hoy el mejor tratamiento para personas que padecen cuadros recurrentes de infección con Clostridium difficile (ICD) o que ya no pueden ser tratados con antibióticos. Y esta llamativa intervención también se estudia para tratar otras patologías.

En varias partes del cuerpo conviven con nosotros una innumerable cantidad de microorganismos. Esta microbiota se ubica especialmente en el colon, el último tramo del intestino grueso.

Mientras que nosotros le damos albergue y alimento, estos microorganismos realizan diferentes funciones vitales para nuestra supervivencia como producir aminoácidos, ácidos grasos y vitaminas. También entrenan a nuestro sistema inmunitario y nos protegen del desarrollo de gérmenes peligrosos, ya que compiten con ellos. Uno de estos patógenos oportunistas es el Clostridium difficile.

Qué es la infección por Clostridium difficile

La infección con C. difficile (ICD) puede ocasionar desde diarrea leve hasta manifestaciones graves como perforación intestinal y shock séptico. Tiene una mortalidad del 9% en pacientes hospitalizados. A nivel mundial se estima una incidencia de ICD de unos 10 casos cada 1.000 admisiones hospitalarias. Está directamente asociada a la disrupción de la microbiota intestinal que genera el consumo de antibióticos.

El primer episodio de ICD se trata con el antibiótico vancomicina. Pero el documento “Recomendaciones intersociedades para diagnóstico, tratamiento y prevención de las infecciones por Clostridioides difficile” sostiene que una “alta proporción de pacientes con ICD vuelve a infectarse”.

“El principal factor de riesgo es la disbiosis intestinal (su microbiota no es sana) y su recuperación evita las recurrencias al restablecerse los mecanismos protectores. El TMF se utiliza desde hace años, y se publicó por primera vez en 1958”, argumenta el trabajo.

Que es el trasplante de microbiota fecal

Por el momento el TMF solo está indicado como práctica clínica para tratar la ICD. Sobre las recomendaciones de cuándo realizar un TMF en pacientes, el documento de recomendaciones de intersociedades indica dos grupos: personas con ICD recurrente (recurrente cuando se da una nueva infección en menos de 8 semanas de la anterior) o personas con ICD refractaria, esto es, que ya no responde al tratamiento con antibióticos.

“Es la única alternativa en los pacientes en los que fracasa el tratamiento con antibióticos porque sólo nos queda la cirugía que, básicamente, implica sacar el colon, una intervención de mucho riesgo. Desde que usamos el trasplante esta posibilidad se redujo francamente y la tasa de éxito del TMF es altísima, de más del 90 por ciento”, asegura Carlos Waldbaum, médico de la división Gastroenterología del Hospital de Clínicas de Buenos Aires y uno de los mayores expertos en microbiota intestinal del país.

El especialista asegura que no se trata de una intervención de riesgo, pero reconoce que la clave está en seleccionar un buen donante. “Conseguir un donante viable de microbiota fecal es más difícil que conseguir un donante para una transfusión de sangre”, asegura.

El documento intersociedades establece detalles sobre cómo elegir donantes y qué estudios realizarles. La evaluación médica es más intensa que la de un donante de sangre. Se busca la ausencia de patógenos en sangre y en la material fecal, incluido parásitos, pero además se analiza que no haya ingerido antibióticos en los últimos tres meses, que no tenga un historial de viaje a zonas endémicas de diarrea y que no tenga alteraciones de su microbiota por drogas, obesidad, depresión y otros problemas.

El proceso continúa con una dilución, filtrado, centrifugado de las heces que luego se congelan. La administración se realiza por vía digestiva alta (endoscopía) o baja (colonoscopía), por vía oral o a través de una enema. “Va a depender del estado clínico del paciente”, explica Waldbaum.

Y agrega: “Lo más importante es que no sólo superan el episodio de ICD, sino que tienen una tasa menor de recurrencia”.

El Hospital de Clínicas de Buenos Aires es la única institución argentina que realiza esta intervención. Desde hace más de seis años cuenta con el único banco de microbiota del país. “Ayudamos a todas las instituciones que lo requieren y cumplen con los requisitos. Les suministramos la microbiota del donante y el entrenamiento para su aplicación, que no es muy compleja”, asegura Waldbaum.

Hasta 2022, se habían realizado más de 300 TMF en Argentina. El primero fue en 2016. Durante el postrasplante pueden ocurrir complicaciones leves y moderadas. Las más graves están ligadas a la vía de administración (endoscopía o colonoscopía), más que al tratamiento en sí mismo.

Trasplante fecal para otras patologías

El equipo de Waldbaum está realizando un estudio comparativo para determinar si el TMF podría ser el primer tratamiento para cuadros graves de ICD, en lugar de los antibióticos.

Además, el TMF podría ser una solución para pacientes portadores de gérmenes resistentes a antibióticos. “Es la próxima pandemia. Ya no tenemos antibióticos para tratar a muchos pacientes porque hemos abusado de ellos”, señala.

Waldbaum también observa oportunidades en pacientes con enfermedades autoinmunes donde el TMF puede ayudar a modular la inmunidad y en pacientes con cáncer que reciben inmunoterapia . Finalmente también apunta a que puede ayudar a tratar cuadros neurológicos como esclerosis múltiple y mal de Parkinson.

En el marco de trabajos de investigación clínica, Waldbaum ha realizado TMF en personas con enfermedad inflamatoria intestinal (enfermedad autoinmune) que ya no responden a los tratamientos farmacológicos.

Otra línea de investigación en Argentina es en niños con trasplante de médula ósea. El rechazo al injerto está ligado con el sistema inmune suprimido que tienen estos pacientes. El TMF ayuda a disminuir los efectos del rechazo a nivel digestivo que impactan en la mortalidad de los chicos y en su calidad de vida.

Una revisión internacional sobre este punto determinó que el TMF puede ayudar a controlar los casos de colitis ulcerosa, pero advirtieron falta de evidencia sobre el riesgo de los efectos adverbios. La evidencia es meno claro aún para la enfermedad de Crohn, otro cuadro de EII.

Trasplante de microbiota en forma casera vía enema

Waldbaum insiste en que clínicamente el TMF solo está recomendado para pacientes con ICD refractaria. El resto son pacientes que reciben el trasplante en el marco de una investigación “Solo por el hecho de tener una diarrea crónica no se puede aplicar este tratamiento. No debemos generar falsas expectativas”, señala.

Y advierte sobre la práctica de trasplantes caseros que algunos pseudomédicos realizan a través de enemas, los cuales pueden generar el efecto contrario: contagiarse alguna enfermedad o recibir una microbiota no saludable. “La evaluación del donante es muy exhaustiva, para poder realizar el trasplante de forma segura”, insiste.

El médico sugiere seguir medidas preventivas para lograr una microbiota saludable: mantener dieta balanceada (con muchas verduras y frutas), consumir alimentos fermentados (yogures, kéfir, chucrut), evitar el tabaquismo y el alcohol.

Por Lucas Viano @LucasViano
REDACCIÓN PENSAR SALUD
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