Meningitis: el 30% de los bebés y niños no completó la vacunación

25 octubre, 2021

La vacunación contra la meningitis es decisiva: se trata de una enfermedad grave. Una inflamación de las meninges, las membranas que rodean el cerebro y la médula espinal. La vacunación infantil masiva contra Streptococcus pneumoniae y Haemophilus influenzae tipo b ha reducido drásticamente los casos de meningitis causados por estas bacterias. Actualmente, la Neisseria meningitidis, el meningococo, se ha convertido en la principal causa de meningitis bacteriana.

El Calendario Oficial de Vacunación incluye la inmunización contra estos gérmenes. Pero lo que preocupa a los especialistas es la disminución de la aplicación de vacunas: la pandemia habría sido la causa de la postergación de vacunación.

Las meningitis más comunes son inmunoprevenibles

Eduardo López, Jefe del Departamento de Medicina del Hospital Ricardo Gutiérrez y profesor de Infectología de la Universidad del Salvador asegura que la meningitis por meningococo tiene un 15% de mortalidad y hasta un 40% de secuelas. Además, insiste que de un día para el otro cambia la salud de los niños de manera brutal.

«Son chicos que, en 24 o 48 horas pasan de estar sanos a terminar en terapia intensiva. Las consecuencias pueden ser devastadoras: amputaciones de miembros, cicatrices, sordera, ceguera, discapacidades cognitivas. Los más afectados son los lactantes menores de 1 año. Esta es la razón por lo que las vacunas contra todas las meningitis se administran desde los 2 meses de vida, cuando los anticuerpos maternos comienzan a descender», explica el Dr. López.

vacunas disponibles

Se han identificado 12 serogrupos de Neisseria meningitidis, cinco de los cuales (A, B, C, W135 y X) pueden causar epidemias.

“Nuestro país tuvo epidemias, en el ’77 y ’92 -recordó Eduardo López-. Fallecieron muchos chicos, incluso hijos de médicos que trabajaban en el hospital, que llevaban el germen en su garganta y contagiaron a los niños pequeños en sus casas”.

Las vacunas contra la meningitis, añadió el infectólogo, “tienen una historia que se remonta al siglo pasado: en 1997 fue incorporada al Calendario Oficial la vacuna que protege contra el Haemophilus influenzae tipo b, uno de las bacterias causantes de meningitis. En 2012 se incorporó la inmunización contra el neumococo y en 2017 contra el meningococo, la meningitis bacteriana que con más facilidad impacta sobre el sistema nervioso central. No todas las meningitis tienen vacuna, porque algunas son de origen viral. Pero para las 3 de origen bacteriano más frecuentes, existen estas vacunas. Es decir, son inmunoprevenibles”.

Los casos de meningitis pueden aumentar sin la vacunación

Los síntomas de la meningitis por meningococo, agregó Eduardo López, no siempre son específicos y a menudo pueden desorientar. “Los lactantes, que son los más susceptibles, rechazan el alimento, presentan somnolencia, fiebre, llanto, irritabilidad. Son datos inespecíficos. En el niño más grande hay convulsiones, le molesta la luz, dolor de cabeza, en el examen físico es más fácil detectarlo”, especificó.

Argentina tiene uno de los mejores calendarios vacunales no sólo de América Latina sino del mundo, pero la pandemia generó una importante dificultad: las coberturas ya venían cayendo, con el Covid-19 el fenómeno se agudizó y hoy un 30% de los niños no está cubierto completamente por la vacunación, que sin embargo está garantizada y es gratuita.

“Habrá que impulsar una gran campaña con la confluencia de muchos actores, laboratorios, comunidad científica, Estado -dijo López-. Por ahí habrá que ir a vacunar a las escuelas y a los barrios. Argentina no se puede dar el lujo de tener un 30% de los niños sin vacunar. Son 210 mil cada un año, 210 mil el año siguiente, con lo cual se junta rápidamente una enorme cantidad de población susceptible. Para tener una buena inmunidad, se requiere de la vacunación del 90 a 95% de la población susceptible”.

Una encuesta del laboratorio GSK en febrero de este año sobre padres y madres de casi 5000 niños de 8 países, de la que participó la Argentina con 500 casos, indicó que el 51% había cancelado o postergado la vacunación contra la meningitis de sus hijos de hasta 4 años durante la pandemia. Las indicaciones de “quedarse en casa” fueron el motivo principal que explicó esta decisión. Sin embargo, el 86% de las familias admitió que se pondría al día con las vacunas postergadas o no aplicadas.

Si bien no existen datos específicos, se estima que en nuestro país ocurren cada año entre 250 y 300 casos de meningitis por meningococo y unos 30 casos fatales. “Pero en esta enfermedad no hay que mirar únicamente las muertes, que de por sí siempre son trágicas -advierte Eduardo López- sino también las devastadoras consecuencias, que se detectan a menudo a medida que transcurren los años. Bebés que quedan con sordera y se descubre más tarde, o con retraso madurativo y los problemas afloran cuando comienzan a ir a la escuela. Es realmente muy grave, y se puede prevenir”.

2030, un año con futuro

El año pasado, en la 73º Asamblea Mundial de la Salud realizada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), se llamó a la eliminación de la meningitis bacteriana para el año 2030, con el objetivo de alcanzar para ese año una reducción del 50% los casos mediante vacunación y de un 70% la mortalidad.

Eduardo López indicó que no se estudió cómo impactó la pandemia por Covid-19 en la meningitis entre los niños argentinos. “Los chicos no tuvieron clase, estuvieron en casa y el uso de barbijos hizo que muchos de estos gérmenes que se transmiten por vía respiratoria bajaran. Pero no han desaparecido, y cuando paulatinamente se retomen las actividades veremos cuánto quedaron expuestos. Hay que vacunarlos.”

Un aspecto importante, añadió el infectólogo, es trabajar sobre la vacunación de los púberes de 11 años, ya que al inicio de la pubertad aumenta la portación nasofaríngea del germen y se potencia la capacidad de estos chicos de ser reservorios sanos de la bacteria y contagiar a los menores. “Los últimos estudios disponibles son de 2019 e indican que apenas entre el 30 y 35% de los púberes se vacunaban -comentó, preocupado, Eduardo López-. Con la pandemia, esta proporción debe haber disminuido aún más. De nada sirve tener vacunas a disposición sino terminan en el brazo de aquellos a quienes están destinadas”.

Según los últimos datos del Instituto Anlis Carlos Malbrán, el último año más del 70% de las meningitis bacteriana fueron producidas por el serotipo B, que no está incluido entre los serotipos que contiene la vacuna cuadrivalente del Calendario Oficial de Inmunizaciones. La vacuna contra el meningococo B está reservada únicamente para grupos de riesgo (personas sin bazo, inmunocomprometidos, personas de laboratorio, etc.).

“Cuando se aprobó la vacuna cuadrivalente contra el meningococo -dijo Eduardo López-, el serotipo más predominante en el país era el W. Esto va cambiando según la situación epidemiológica. Estoy seguro de que la Comisión Nacional de Inmunizaciones se replanteará el tema y es muy probable que la vacuna contra el meningococo B se incorpore también al Calendario. Con la pandemia de Covid-19 la incorporación de nuevas vacunas en el Calendario se pospuso con buen criterio para poner todo el esfuerzo hacia la vacuna contra el SARS-CoV-2”.

El infectólogo manifestó estar gratamente sorprendido por la decisión de la OMS de poner fin a la meningitis en 2030, pero precisó que si queremos lograrlo “el esfuerzo más importante es tratar que la mayor parte de la población se vacune. Que un chico muera, tenga que amputarse o quede con una secuela es un fracaso en la prevención. Y esto no puede sucedernos”.

Calendario Oficial de Inmunizaciones

2, 4 y 12 meses: neumococo conjugada, cubre 13 serotipos de neumococo
3, 5 y 15 meses: meningococo cuadrivalente serotipos A, C, W e Y
2, 4, 6 meses: quíntuple (incluye protección contra el haemophilus influenzae tipo b)
15 a 18 meses: quintuple (incluye protección contra el haemophilus influenzae tipo b)
11 años: meningococo cuadrivalente