Los años vendrán cada vez más cálidos

22 enero, 2021

El 2020 fue uno de los años más cálidos de la historia en el mundo y en Argentina. Pero este récord no se trata de una excepción, sino de una tendencia provocada por la crisis climática que los humanos estamos acelerando.

La Organización Meteorológica Mundial (OMM) estimó que la temperatura global promedio del año pasado fue de 1,2 grados por encima del nivel preindustrial (1850-1900). Esta marca lo ubica apenas por debajo del 2016 y levemente por encima de 2019, los dos años más calurosos de los que se tienen registro.

En tanto, según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), el 2020 fue el segundo año más cálido de las últimas seis décadas para nuestro país, solo superado por la temperatura promedio del 2017. La anomalía fue de 0,63 grados respecto de la media histórica.

Los meteorólogos y expertos en clima ya no se sorprenden con los récords. “Las temperaturas récord son producto del aumento de los gases de efecto invernadero provocados por la quema de combustibles fósiles. Hay una inercia climática por lo que el efecto que uno ve ahora es la contaminación acumulada durante años”, asegura Leandro Díaz, investigador del Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera (Cima) de Conicet y la UBA.

El científico detalla que por más que hoy se produjera un abrupto descenso de las emisiones, las temperaturas no bajarían rápidamente.

Lo que pasó en 2020 sirve de ejemplo. En los primeros meses del año pasado bajaron las emisiones de dióxido de carbono (CO2) debido a que buena parte del planeta estaba en cuarentena. Pero eso no afectó al clima.

No hay medidas de shock que puedan frenar esta tendencia hacia un mundo más cálido.

Tendencia peligrosa

Para Petteri Taalas, secretario general de la OMM, existe al menos una posibilidad entre cinco de que se supere temporalmente la marca de 1,5 grados de aumento para 2024.

Temperaturas por encima de este valor implicarían consecuencias graves para el planeta según el consenso científico. Algunas de ellas serían: eventos climáticos extremos más severos y frecuentes (sequías, inundaciones, olas de calor), aumento del nivel del mar, derretimiento de glaciares, etc.

Díaz aclara que el problema es que esos aumentos y récords se hayan convertido en una tendencia. La década de 2011 a 2020 fue la más calurosa, y los seis años más calientes ocurrieron entre 2015 y el año pasado.

Argentina no escapa de ese ritmo. “En los últimos 10 años las temperaturas medias anuales se mantuvieron siempre por encima del promedio, convirtiendo a esta década en la más cálida desde que se tiene registro», dice el comunicado del SMN.

Sequía histórica

Pero 2020 fue excepcional por otro motivo. Los anteriores años con récord de calor coincidieron con un fuerte episodio de El Niño. Así ocurrió en 2016.

Pero el año pasado estuvo marcado por su opuesto, La Niña, que tiene un efecto de enfriamiento en las temperaturas globales.

Este fenómeno, que ocurre en las aguas del Pacífico, trajo otra consecuencia a Argentina: una intensa sequía que afectó a más de la mitad del país.

“La falta de lluvias hizo que el 2020 fuera el año más seco desde 1995 y el quinto más seco desde 1961”, asegura el SMN. La consecuencia más trágica de la falta de precipitaciones fueron los incendios.

El 2020 fue segundo año más seco para la ciudad de Buenos Aires desde 1950, sólo superado por 2008”. Cayeron 830,9 milímetros, cuando lo normal es que se supere los 1.200.

A futuro

“La tendencia de aumento de la temperatura se observa en todas las regiones del país. En especial, lo que está ocurriendo es un aumento de la temperatura mínima diaria”, explica Díaz.

Y agrega: “Pero también se observan más olas de calor en el este y norte argentinos. A futuro se espera que el incremento térmico sea mayor en la cordillera y el norte”.

Algunos efectos ya se observaron el año pasado. La región de Cuyo padeció una intensa ola de calor por más de 10 días en enero. Y se registraron temperaturas superiores a los 45 grados en Salta durante septiembre.

La crisis climática no solo producirá más calor. Díaz detalla que en el futuro se registrarán aumentos en las precipitaciones en el este del país, y disminución en el oeste y en la Patagonia. En el centro y norte las lluvias serán más intensas.

Sin soluciones mágicas

El investigador asegura que no hay medidas de shock que puedan frenar esta tendencia hacia un mundo más cálido.

“Algunos científicos proponen inyectar partículas en la atmósfera para crear un efecto similar al de las erupciones volcánicas. Las partículas volcánicas suspendidas provocan que llegue menos radiación solar y el planeta se enfríe”, comenta el científico.

Pero agrega: “Es una medida muy controversial y la comunidad científica la mira con mucha precaución porque implica interferir profundamente en el sistema climático terrestre con impactos no conocidos en la naturaleza”.

Para Díaz la única salida es comenzar ya a reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero que provoca la quema de combustibles fósiles (gas, carbón, petróleo) para producir energía y para el transporte.

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Tags: 2020 | calentamiento global | cambio climático | cambio climático en Argentina | crisis climática | sequía

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