Turistas: ¿y si contamináramos menos?

Residuos en la playa y el mar
17 enero, 2021

También al turismo se lo llama «industria sin chimeneas». Pese a ello, está muy lejos de ser una actividad que no produzca contaminación. El impacto en el ambiente que provoca el turista comienza al subirse a un avión para visitar Brasil o a un auto con la familia para ir a la costa.

Transportando turismo y contaminación

El ocho por ciento de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero se deben al turismo, según un estudio de la Universidad de Sídney.

El transporte es el principal generador de gases de efecto invernadero. La proporción de emisiones de dióxido de carbono (CO2) de un pasajero que viaja ida y vuelta por una aerolínea comercial de Buenos Aires a Río de Janeiro es de 307 kilogramos de CO2, según la Organización de Aviación Civil Internacional. A Miami, es más del doble.

Desde hace años el sector aeronáutico está comprometido a ser carbono neutral (por ejemplo con la iniciativa Corsia). Y ofrece a los pasajeros que, por un pago adicional, apoyen un proyecto para compensar las emisiones. Digamos, una iniciativa de reforestación o un proyecto ecológico.

El impacto que genera en el ambiente el turismo también lo paga el propio sector. Entre las consecuencias de la crisis climática se encuentran la desaparición de playas y el aumento de eventos extremos (lluvias, sequías, temporales, olas de calor, etc.) en las ciudades costeras.

Compensar emisiones ¿lo pensaste?

Aerolíneas Argentinas no ofrece está posibilidad, pero se puede acudir a ONGs como

  • Seamos bosques. Es una iniciativa nacional que permite compensar la huella de carbono de todas las actividades, incluidos los vuelos.
  • CeroCO2. Es una iniciativa internacional que ayuda a calcular la huella y luego ofrece apoyar diferentes proyectos sustentables.

Leandro Serino, experto del Instituto de Transporte de la Universidad Nacional de San Martín asegura que muchas veces viajar en avión es más sustentable que hacerlo en auto.

“La industria aerocomercial es líder en optimización del uso de la capacidad y por ende nos asegura que las emisiones que genera el avión serán compartidas entre el máximo número de pasajeros posibles”, explica.

De todas maneras, si viajamos en auto, también podemos compensar nuestra huella de carbono apoyando las iniciativas de las ONGs que trabajan incansablemente para revertir esta tendencia.

A su vez, podemos mentalizarnos y mentalizar a nuestro entorno para evitar el uso del vehículo para movernos dentro del destino turístico y consumir menos combustible. Es más sustentable caminar, usar bicicleta o recurrir al colectivo.

El turismo que contamina balnearios

A finales de 2019, varias ONGs argentinas realizaron un censo de basura costera marina. Se cubrieron 88 hectáreas de playas: se encontraron casi 72 mil residuos, el 83,2 por ciento de plástico. Es basura que se tira en la playa o se origina en el continente y llega al mar por desagües y ríos. Los microplásticos traen impactos en la flora y fauna marina, pero también en la salud humana.

Por muchos años, la colilla de los cigarrillos fue el residuo que más se encontraba en los balnearios del mundo. Pero el último informe de la ONG Ocean Conservancy determinó que ahora la basura más frecuente son los envoltorios de golosinas y las bolsas de papas fritas.

“El hecho de que los envoltorios de alimentos se conviertan en el artículo número uno sólo subraya la producción insostenible de envases desechables de alimentos y bebidas de un solo uso”, expresa. El trabajo analizó la limpieza de las playas de 116 países.

Si no hay cestos o están colapsados, debemos llevarnos la basura del balneario.

En las sierras de Córdoba, por ejemplo, el problema de los residuos es crónico. A pesar de la presencia de cestos y letreros en todos los ríos cordobeses, se estima que la mitad de la basura que se genera en los balnearios termina en el suelo.

Ana Cingolani investigadora del Conicet y la Universidad Nacional de Córdoba, comprobó que la mejor forma de reducir la cantidad de residuos que los turistas tiran es a través del ejemplo.

En casi todos los sitios turísticos la limpieza de las playas se realiza de noche, cuando ya no quedan visitantes. Cingolani demostró que para que los turistas tomen conciencia de que no deben arrojar basura en la playa no alcanza con los letreros y los cestos.

“Es necesario combinar un mensaje verbal persuasivo y realizar la recolección mientras los turistas están presentes”, asegura, para trabajar la relación turismo y contaminación.

El estudio fue realizado en las playas de Cuesta Blanca, cerca de Villa Carlos Paz (Córdoba). En el trabajo informa que lograron reducir a un tercio la cantidad de residuos que quedaban en el suelo.

“Con amabilidad se le pedía a la gente que nos ayudara a mantener limpio el lugar”, explica Cingolani.

Otras acciones sustentables

Además de tirar la basura en los cestos, los turistas pueden adoptar diferentes conductas para reducir los residuos y la contaminación que dejan durante su visita:

  • Reducir. Comprar alimentos con la menor cantidad de envoltorio y empaque posibles. Evitar los plásticos de un solo uso como sorbetes y vajilla descartable. Optar por el agua de la canilla, antes que comprar agua envasada.
  • No tirar. Si no hay cestos o están colapsados, debemos llevarnos la basura del balneario. Tampoco tirar colillas de cigarrillo en la arena.
  • Informarse. A llegar al destino, es importante conocer si tiene un esquema de recolección diferenciada de residuos para respetarlo.
REDACCIÓN PENSAR SALUD
redaccion@pensarsalud.com.ar
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Tags: contaminación | Microplásticos | turismo y ambiente

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