Volver al trabajo después del nacimiento de un hijo es un momento que suele estar cargado de emociones. Para muchas personas lactantes, este regreso implica un desafío adicional: sostener la lactancia materna en un nuevo contexto lleno de exigencias, horarios y desplazamientos. ¿Es posible compatibilizar ambos mundos? La respuesta es sí, pero requiere organización, información y, sobre todo, apoyo.
La lactancia no se detiene con la vuelta al trabajo
Lejos de ser una etapa cerrada, la lactancia puede y debería continuar después de reincorporarse al trabajo, si así lo desea la persona lactante. La Organización Mundial de la Salud recomienda la lactancia exclusiva durante los primeros seis meses y, luego, continuarla junto con otros alimentos hasta los dos años o más. Por eso, volver al trabajo no debería significar el fin de esta práctica, que tantos beneficios tiene para la salud del bebé y de quien amamanta.
¿Qué derechos tengo como persona lactante?
En Argentina, la ley protege a las personas lactantes con varios derechos laborales. Por ejemplo:
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Dos descansos de media hora por jornada laboral para amamantar o extraerse leche.
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Espacios adecuados y privados en los lugares de trabajo para la extracción y conservación segura de la leche materna.
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Licencias por maternidad y tiempo de cuidado parental, dependiendo del régimen laboral.
Conocer estos derechos es el primer paso para poder ejercerlos y hacer valer el tiempo y el espacio necesarios para sostener la lactancia.
Tips para organizar la lactancia en el regreso laboral
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Planificá con tiempo. Unas semanas antes de volver, podés comenzar a practicar la extracción de leche, identificar qué horarios se ajustan mejor a tu rutina y cómo conservarla adecuadamente.
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Hablá con tu empleador. Acercarte al área de Recursos Humanos o a tu jefe directo para contarles tus necesidades puede ayudarte a encontrar soluciones juntos. La empatía y la comunicación abierta son claves.
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Armá una red de apoyo. Involucrar a tu pareja, familia, pediatra y equipo de salud para que acompañen esta etapa también es fundamental.
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Confiá en vos. La lactancia es un proceso vivo y flexible. Algunas personas optan por extraerse leche en el trabajo, otras amamantan al llegar a casa o durante la noche. No hay una única forma correcta: hay una forma posible para cada familia.
Espacios amigables con la lactancia: una responsabilidad compartida
Fomentar la lactancia no es solo una decisión personal. También es una política de salud pública. Por eso, los lugares de trabajo, los centros de salud y la comunidad en general tienen un rol activo en generar condiciones que permitan a las personas lactantes continuar con esta práctica sin obstáculos.
Crear espacios respetuosos, libres de prejuicios y con infraestructura adecuada no es un lujo, es un derecho. Y también es una forma de cuidar a quienes cuidan.
La vuelta al trabajo no tiene que significar renunciar a la lactancia. Con información, apoyo y empatía, es posible construir una experiencia positiva que combine lo laboral con el deseo de seguir amamantando. Porque cuidar la salud también es acompañar estos procesos con responsabilidad y humanidad.
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