10 junio, 2025
Hablar de sexo con nuestros hijos e hijas nunca fue tarea fácil. Pero en tiempos de redes sociales, hipersexualización digital y acceso ilimitado a información —y desinformación—, el diálogo entre padres y adolescentes sobre salud sexual se vuelve más urgente que nunca. ¿Cómo abordar estos temas sin prejuicios ni silencios incómodos? ¿Qué rol deben asumir las familias frente al universo digital que también educa?
¿Por qué es tan difícil hablar de sexualidad en casa?
Para muchas familias, hablar de sexo todavía está atravesado por mitos, tabúes o la falsa creencia de que se trata de una conversación «que no corresponde» hasta determinada edad. Sin embargo, la realidad actual demuestra lo contrario: los adolescentes reciben estímulos sexuales desde edades muy tempranas, especialmente a través de redes sociales, contenidos audiovisuales y sus propios pares.
Callar o evadir no los protege. Al contrario: la ausencia de diálogo en casa deja espacio para que la educación sexual la imparta Internet, sin filtros, sin contexto, sin afecto. Y muchas veces, sin verdad.
Adolescencia digital: cuando las redes son la primera fuente de información
Instagram, TikTok, YouTube y otras plataformas son hoy espacios donde los jóvenes se informan, se identifican, se exponen y también se confunden. Allí circulan mensajes contradictorios: desde discursos sobre libertad sexual y diversidad hasta imágenes que refuerzan estereotipos, relaciones tóxicas o prácticas de riesgo.
En este contexto, la educación sexual no puede reducirse a la prevención de embarazos o enfermedades de transmisión sexual (ETS). Debe incluir también el consentimiento, el cuidado del cuerpo, los vínculos sanos, la autoestima, el respeto por la diversidad y el manejo de la información digital.
¿Qué es la salud sexual y por qué importa hablar de ella?
La Organización Mundial de la Salud define la salud sexual como “un estado de bienestar físico, emocional, mental y social en relación con la sexualidad”. No se trata solo de evitar riesgos, sino de promover experiencias sexuales responsables, seguras, placenteras y respetuosas.
Hablar de salud sexual en casa implica ofrecer herramientas para que los adolescentes puedan decidir con libertad, respeto y cuidado. No es imponer valores, sino acompañar en la construcción de identidad, límites y autonomía.
Claves para hablar con adolescentes sobre salud sexual
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Escuchar sin juzgar: Crear un clima de confianza donde puedan expresar sus dudas, miedos o experiencias sin temor a ser reprendidos.
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Hablar en tiempo real: No esperar una «gran charla», sino aprovechar momentos cotidianos para conversar de forma natural y progresiva.
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Actualizar los propios conceptos: Informarse sobre diversidad sexual, consentimiento, lenguaje inclusivo, educación menstrual, entre otros.
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Aceptar que no todo se sabrá o se controlará: Lo importante no es saberlo todo, sino estar disponibles, presentes y dispuestos a acompañar.
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Validar sus emociones y experiencias: No minimizar lo que sienten, lo que desean o lo que temen. La sexualidad también se construye desde la afectividad.
Familias presentes en un mundo conectado
En tiempos donde el contenido sexual está a un clic de distancia, las familias no pueden competir con Internet, pero sí pueden acompañar con sentido, escucha y contención. No se trata de controlar, sino de educar; no se trata de censurar, sino de guiar.
Los adolescentes no necesitan padres perfectos, sino adultos disponibles, empáticos y comprometidos con su desarrollo integral.
Conclusión: educar en sexualidad es también cuidar
El diálogo sobre salud sexual en casa es una de las formas más efectivas de prevenir riesgos, fortalecer la autoestima y construir vínculos sanos. En una época donde el algoritmo también educa, las familias siguen siendo un pilar fundamental.
Hablar de sexualidad con naturalidad, respeto y compromiso es un acto de amor. Y sobre todo, una forma concreta de cuidar la salud integral de quienes más queremos.
