El 20% de los niños argentinos no tiene las vacunas al día

vacunación a una niña
2 junio, 2022

Cuando se corre el telón del COVID-19 que empañó durante dos años la mirada de la humanidad, hace su aparición el paisaje del resto de las enfermedades del mundo. Después de meses sin escuela ni cuidados médicos, se observan niños argentinos que enfrentarán el invierno sin las vacunas al día.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) anticipa que podrían morir 43 millones de niños menores de 5 años antes del 2030 si no se toman medidas para optimizar la salud.  Ayudarlos en la transición hacia la adolescencia y vacunarlos es fundamental para no correr riesgos.

Más allá del COVID-19, niños argentinos sin las vacunas al día

En Argentina, casi el 60% de los menores de 18 años tiene el esquema completo de vacunas contra el COVID-19, de acuerdo a los datos reunidos por el sitio web “covidstats”. Los niños de entre 3 y 11 años recibieron 9,5 millones de dosis, según el Ministerio de Salud de la Nación. Hasta el 21 de marzo pasado, el 60% había completado el esquema de dos dosis de vacuna Sinopharm o Pfizer. Los jóvenes de 12 a 17 años mostraban una mejor protección contra el COVID-19, con una cobertura del 78% con dos dosis.

Al mismo tiempo, menos del 80% de la población pediátrica tiene las vacunas obligatorias del calendario oficial. Los datos surgen de un reciente comunicado de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP). Esto significa que una alta proporción de los niños argentinos están desprotegidos.

Según Carissa Etienne, directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), los dos últimos años han hecho retroceder tres décadas de progreso en la vacunación contra la polio y el sarampión. “Hoy volvemos a estar en los mismos niveles de cobertura de vacunación que en 1994”, se lamentó Etienne al inaugurar la Semana de la Vacunación de las Américas de este año. Algunas de las enfermedades infecciosas erradicadas con vacunas pueden regresar al continente americano, advirtió la funcionaria.

Desigualdad y estado de salud de las personas

Las desigualdades económicas y sanitarias se acentuaron con la pandemia, confirma un flamante informe sobre la salud infantil y adolescente publicado por la revista The Lancet. Los niños ricos muestran una superioridad de 20 puntos en el coeficiente intelectual respecto de los más pobres, según un análisis llevado a cabo en la ciudad de Pelotas, en Brasil. Además, los niños que experimentan la pobreza desde muy temprana edad tienen el doble de riesgo de padecer enfermedades, dejar la escuela y morir en la infancia.

Las vacunas que están en el calendario oficial de cada país son el escudo que pone la sociedad para proteger a sus grupos más vulnerables.

El inmenso poder de la vacunación

Sin vacunas, muchas enfermedades causaron millones de muertes en la población. Pero es preciso subrayar que no todas las enfermedades cuentan con vacunas. Tampoco, todas las vacunas son igualmente efectivas ni seguras para impedir su eclosión.

De ahí que se necesiten distinto número de dosis y en distintos momentos del desarrollo vital. De esas variables depende su objetivo: garantizar la supervivencia de quien es vacunado y, sobre todo, proteger al conjunto de la población.

Una pandemia que hizo estragos

El 2019 había marcado en Argentina un año preocupante respecto de la cobertura de vacunación. Pero al año siguiente los especialistas constataron que la situación era peor de lo queinvier se imaginaban. El Ministerio de Salud de la Nación reconoció que en 2020 la población perdió 10 puntos de protección por la falta de vacunación. Los expertos estiman que para estar protegida contra distintas enfermedades, el 95% de la población debe recibir las vacunas en tiempo y forma. En 2020, menos del 80% de la población cumplía con ese objetivo y hoy la situación podría ser aún peor.

“Sin lugar a dudas, la pandemia precipitó la caída en los índices de vacunación. Contribuyeron cuestiones vinculadas al temor de la gente a salir de sus casas, a dificultades económicas para acceder al centro de salud, escasez de recurso humano, horarios acotados y disminución de las consultas y de los controles de salud”, reflexiona la pediatra Florencia Lución, epidemióloga de la SAP y del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez.

El mayor impacto negativo, según datos oficiales, se evidenció entre marzo y octubre de 2020, probablemente por la interrupción de las estrategias de vacunación escolar que suelen realizarse en el período de ingreso a la escuela, apunta Lución. “También influyó una baja percepción del riesgo de no inmunizarse por parte de la población”, apunta la pediatra argentina. Pero el riesgo de no vacunarse existe: todavía hay niños que mueren por meningitis y hepatitis, o quedan paralíticos tras una infección viral.

Influenza y el regreso de viejas enfermedades

Enfermedades que parecían definitivamente olvidadas, como la poliomielitis, la fiebre amarilla y la difteria, amenazan con acampar nuevamente en el sur del continente americano. Las autoridades sanitarias insisten en que se retome el calendario de vacunación en los chicos (contra polio, sarampión, rubéola, tétanos, difteria, tos convulsa, varicela, hepatitis, meningitis, rotavirus) y, también, en los adolescentes (que deben recibir tres dosis de vacuna contra el HPV, que causa cáncer de cuello de útero y ano).

Las autoridades sanitarias advierten que este año las cepas de influenza que circulan impondrán más riesgos de internación y muerte. Sobre todo a quienes padezcan de obesidad, diabetes, enfermedades respiratorias, enfermedades cardíacas e inmunodeficiencias congénitas o adquiridas. También a los pacientes con cánceres de la sangre, trasplantados o personas con insuficiencia renal crónica en diálisis.

Todos los bebés entre 6 y 24 meses, las embarazadas, los adultos mayores de 65 años y el resto de los niños y adultos con enfermedades crónicas deberían recibir ahora la vacuna antigripal, que está disponible en forma gratuita en los centros de salud.

Campeando sobre las variantes del COVID

Gracias a la vacunación contra el COVID-19, la mayoría de la población pudo atravesar este verano la ola causada por la variante ómicron del coronavirus. Actualmente, se estima que la letalidad del COVID-19 por esta variante podría ser menor a la de la influenza. Pero es preciso estar bien inmunizado para atravesar la enfermedad en forma leve.

Es una buena oportunidad, también, para revisar el carnet de vacunación de chicos y jóvenes para actualizar las dosis del resto de las vacunas antes de que llegue el invierno.

Todas las vacunas del calendario se pueden dar simultáneamente con las de COVID-19. Quienes están cursando una infección por coronavirus, pueden vacunarse inmediatamente cuando reciban el alta.

De las 8,6 millones de muertes ocurridas en personas menores de 20 años en el año 2019, más de la mitad ocurrieron en el primer mes de vida o al nacer. Estas muertes, dicen los expertos mundiales, pueden ser prevenidas con controles médicos durante el embarazo y vacunación. Pero es preciso mirar en forma integral la salud desde el nacimiento hasta los 20 años, subrayan los especialistas.

Una mirada integral

Con una mirada integral no sólo hay que tomar en cuenta las enfermedades biológicas, sino también:

  • Condiciones socioeconómicas
  • Nutrición
  • Desarrollo cognitivo
  • Protección social de los niños hasta llegar a la adultez

Si no se toman medidas urgentes con una mirada integral, no se alcanzarán los objetivos sostenibles de salud para el año 2030, advierten expertos en una serie de trabajos publicados en The Lancet.

Una de las cuestiones centrales para la salud son las condiciones socioeconómicas en que nace y se desarrolla un niño. Junto con otros factores, determinarán su acceso a la escolaridad, a cuidados médicos y una alimentación adecuada. No se trata sólo de sobrevivir a los primeros cinco años, sino también de alcanzar todo el potencial que tiene cada ser humano, señalan los pediatras liderados por Zulfiqar Bhutta, del Hospital de Niños de Toronto, en Canadá, y la Universidad Agha Khan, en Pakistán.

Bienestar infantil

“La supervivencia de los niños ha aumentado, pero las amenazas actuales al bienestar infantil –conflictos armados, crisis climáticas y emergencias humanitarias, incluyendo la crisis del COVID-19-, han puesto décadas de progreso en grave riesgo”, advierte Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la OMS.

La experiencia pandémica mostró los efectos negativos que puede tener el aislamiento social y la falta de escolaridad sobre los niños y jóvenes en términos de ansiedad, depresión, abuso familiar y retraso en el desarrollo cognitivo.

De cara a que más de la mitad de los niños argentinos de hasta 14 años crece hoy en la pobreza, la importancia de la mirada integral sobre los cuidados y la salud se torna imprescindible. Los cuidados físicos se encuentran al mismo nivel que:

  • la salud mental
  • los vínculos familiares
  • la escuela.

Los especialistas recomiendan que los cuidados infantiles comiencen antes de nacer y se extiendan hasta el fin de la adolescencia. En este panorama, vacunar a los niños parece el paso más sencillo para ayudarlos a crecer y mantenerse sanos.

La mayor parte de las vacunas son gratuitas y están disponibles. Sólo hay que tomar la decisión de protegerlos de 25 enfermedades, además de darles la oportunidad de vivir mejor. Después de todo, la OPS estima que lograr una adecuada cobertura de vacunación evitaría que 24 millones de personas caigan en la pobreza. Y se salvarían entre 3 y 4 millones de vidas por año. No es poco a cambio de unos pinchazos.

Por Alejandra Folgarait @alefolgarait
REDACCIÓN PENSAR SALUD
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