La ciencia asocia a las siestas extensas con problemas cardiovasculares

Mujer duerme en sofa
1 septiembre, 2020

Dormir la siesta es una antigua costumbre, especialmente en zonas rurales donde las personas se levantan con el sol. Aunque la siesta contribuye al estado de bienestar humano, recientes estudios científicos recomiendan que el sueño por la tarde no se prolongue más allá de una hora.

En verdad, el sueño es fundamental para mantener una vida saludable, tanto desde el aspecto físico como mental, ya que durante la noche se realizan procesos biológicos fundamentales, como

  • la consolidación de los recuerdos
  • la disminución de la producción de hormonas vinculadas al estrés.

Distintos estudios muestran que lo óptimo es dormir entre 6 y 8 horas cada noche, de acuerdo con la edad de cada persona. Los niños de 5 a 10, por ejemplo, necesitan dormir entre 10 y 11 horas por día, mientras que los adultos mayores duermen alrededor de 6 horas.

Quienes se recuestan más de una hora por la tarde tienen 30% más riesgo de morir que quienes no hacen siesta.

En cualquier caso, la insuficiencia del sueño nocturno –se estima que el ser humano ha perdido dos horas de sueño en los últimos cien años- tiene impacto sobre

  • el peso corporal,
  • el aprendizaje,
  • la memoria y
  • la productividad,

… entre otros parámetros. El aislamiento y los cambios en los patrones de movimiento durante la pandemia de COVID-19 no hicieron más que complicar los ritmos del sueño humano. Muchas personas utilizan hoy la siesta para compensar la falta de sueño nocturno, asociada con un mayor uso de pantallas para entretenerse hasta altas horas de la noche.

Pero el proceso de suma y resta de horas de sueño no es tan sencillo como una operación bancaria. Dormir demasiado a la tarde para compensar el insomnio también puede ser perjudicial para el organismo.

Reparación y riesgo

Un nuevo estudio chino, que acaba de ser presentado en el Congreso Europeo de Cardiología, confirma lo que se sospechaba desde tiempo atrás: dormir más de 60 minutos de siesta se asocia con problemas cardiovasculares.

Según el análisis de más de 20 estudios que involucraron a más de 300.000 pacientes, quienes se recuestan más de una hora por la tarde tienen 30% más riesgo de morir prematuramente que quienes no hacen siesta. El riesgo es especialmente notable en quienes duermen más de 6 horas por noche y también aprovechan el horario de la siesta para el sueño.

Si bien los mecanismos detrás de este hallazgo no son claros –podrían deberse a enfermedades inadvertidas, hipertensión, diabetes o envejecimiento-, las siestas no parecen ser tan buenas para el corazón como se cree. Incluso si no se toma en cuenta la duración de las siestas, los investigadores encontraron un 19% más probabilidades de morir en quienes duermen a la tarde.

¿Eliminar las siestas?

¿Significa esto que hay que eliminar las siestas de raíz? No. “Las siestas de 30 a 45 minutos pueden mejorar la salud cardiovascular de una persona que no duerme lo suficiente a la noche”, explicó Zhe Pan, investigador de la Universidad de Guangzhou y uno de los autores del estudio.

La duración del sueño y de sus distintas sus fases parecen ser la clave de un buen dormir.

Después de todo, la siesta es algo que está en la naturaleza de muchas especies. El 85% de los mamíferos duermen por períodos cortos de tiempo a lo largo del día, además de la noche, de acuerdo con la Sleep Foundation de Estados Unidos.

Algunos hallazgos de la ciencia acerca de la siesta por la tarde:

  • Dormir entre 20 y 30 minutos a la tarde mejora la atención, el estado de ánimo y la performance, de acuerdo con un estudio de la NASA.
  • Una siesta de 45 minutos disminuyó la presión arterial y el ritmo cardíaco en jóvenes estudiantes estresados, según un trabajo realizado por Ryan Brindle y Sarah Conklin, PhD, del Allegheny College de Pennsylvania, Estados Unidos.
  • Finalmente, mantener una rutina de una o dos siestas cortas por semana se asoció con la mitad de riesgo de sufrir un infarto, insuficiencia cardíaca o accidente cerebrovascular (ACV) respecto de quienes no duermen siesta nunca, concluyó un estudio realizado en Suiza y publicado en la revista Heart.

La duración del sueño y de sus distintas sus fases parecen ser la clave de un buen dormir.

Disminuir el tiempo y la frecuencia de las siestas es tan importante como un reparador sueño nocturno durante el período invernal de la pandemia, cuando la cama y el sillón están más disponibles que nunca y resulta difícil exponerse frecuentemente a la luz del sol, que actúa como un regulador natural de los ciclos de sueño y vigilia.

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Tags: corazón | salud cardiovascular | salud corazon | sueño

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