No todas las enfermedades dan señales claras desde el inicio. Algunas avanzan de manera silenciosa durante años y, cuando finalmente se detectan, ya han generado complicaciones serias. La prevención y los chequeos periódicos son la mejor estrategia para identificarlas a tiempo.
En este artículo repasamos cinco de las enfermedades silenciosas más frecuentes: hipertensión arterial, diabetes tipo 2, hígado graso, depresión y apnea del sueño.
1. Hipertensión arterial: el enemigo invisible
La hipertensión es conocida como el “asesino silencioso” porque la mayoría de las personas no presenta síntomas hasta que aparece una complicación grave como un infarto o un accidente cerebrovascular (ACV).
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Prevalencia en Argentina: según la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, 1 de cada 3 adultos es hipertenso y casi la mitad lo desconoce.
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Complicaciones: aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascular, insuficiencia renal y daño ocular.
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Prevención: controles periódicos de la presión, alimentación baja en sodio, actividad física y control del peso corporal.
2. Diabetes tipo 2: un trastorno que avanza sin avisar
La diabetes tipo 2 se desarrolla de manera progresiva y muchas veces no da síntomas al inicio. Puede detectarse recién cuando aparecen complicaciones como visión borrosa, heridas que no cicatrizan o infecciones frecuentes.
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Factores de riesgo: obesidad, sedentarismo, antecedentes familiares.
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Impacto: daña vasos sanguíneos y órganos como riñones, ojos y corazón.
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Prevención: mantener un peso saludable, realizar actividad física y realizar análisis de glucemia al menos una vez al año en adultos.
3. Hígado graso: una epidemia silenciosa
La enfermedad por hígado graso no alcohólico (EHGNA) afecta al 25% de la población mundial y muchas personas no lo saben, ya que suele diagnosticarse en estudios de rutina.
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Causas: obesidad, diabetes, dislipemias y sedentarismo.
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Consecuencias: puede evolucionar a cirrosis o cáncer de hígado si no se trata.
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Prevención: alimentación balanceada, control del peso y chequeos de laboratorio (enzimas hepáticas).
4. Depresión: más que un estado de ánimo
La depresión muchas veces se esconde detrás de síntomas como cansancio, falta de motivación o cambios en el apetito y el sueño. Al no ser siempre evidente, puede pasar desapercibida durante meses o años.
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Prevalencia: la OMS estima que más de 300 millones de personas en el mundo padecen depresión.
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Impacto: afecta la calidad de vida, la productividad laboral y las relaciones personales; aumenta el riesgo de suicidio.
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Prevención: hablar sobre salud mental, consultar ante síntomas persistentes y fomentar la red de apoyo social.
5. Apnea del sueño: cuando el descanso no recupera
La apnea obstructiva del sueño se caracteriza por pausas en la respiración durante el descanso nocturno. Muchas personas no lo notan y creen que su cansancio se debe a estrés o exceso de trabajo.
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Síntomas indirectos: ronquidos fuertes, somnolencia diurna, dificultad para concentrarse.
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Consecuencias: hipertensión, arritmias, riesgo cardiovascular aumentado.
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Prevención: estudios de sueño en casos sospechosos, reducción de peso y tratamiento con CPAP en casos moderados o severos.
Conclusión: la prevención como herramienta de vida
Las enfermedades silenciosas avanzan sin dar señales claras, pero sus consecuencias pueden ser graves. La clave está en la detección temprana a través de controles periódicos, junto con hábitos de vida saludables que reduzcan los factores de riesgo.
✨ En OSPAT promovemos la prevención como el camino más seguro hacia una vida plena. Consultá con tu médico sobre tus chequeos anuales: muchas veces, el control a tiempo hace toda la diferencia.
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