Por Carlos Felice, Presidente de obra social OSPAT
No bien comenzó la cuarentena por Coronavirus en Argentina, tomamos conciencia de que llevar adelante una organización de salud como la obra social OSPAT sería probablemente el desafío mas importante de nuestra historia. De todos modos, lo que nos imaginamos por aquellos últimos días de marzo fue muy poco al lado de lo que realmente ocurrió en el mundo. La medida dramática en la que se transformó la vida de la humanidad global.
Cinco meses después el panorama es devastador, con el atenuante de que empezamos a ver una luz al final de este túnel en el 2021, con la llegada de la vacuna. Falta tiempo, sin embargo.
En la obra social hoy el COVID-19 está golpeándonos mucho más duramente. Los números se asimilan menos que las personas con nombre y apellido, por eso menciono dos dolorosas pérdidas recientes. Trabajadores de la salud.
Hoy 21 de agosto falleció en Mendoza Carmen Jauven, la esposa de nuestro compañero dirigente de UTTA y OSPAT, Tito Guayama. Estamos devastados por la pérdida de Geni, podemos ver nítidamente su rostro en nuestras mentes, su dulce sonrisa. Era enfermera y era joven todavía.
En julio pasado falleció por COVID-19 en Jujuy un médico de nuestra red, el Doctor Carlos Lucero. El recuerdo también trae una sonrisa afable, su humildad y su serenidad para enfrentar todas las tormentas. Aunque a esta tempestad no pudo sortearla.
Sumo a ellos los nombres de nuestros numerosos afiliados de la obra social que están a esta hora en videoconsulta médica, relatando síntomas y atendiendo a las respuestas de profesionales que están sacando lo mejor de sí en esta situación. Y sumo a los muchos beneficiarios que se encuentran internados y a los que aguardan con ansiedad el resultado de su hisopado, esperando que su servicio médico OSPAT podrá asistirlos en tiempo y forma.
Y también rostros de amigos, compañeros, trabajadores de la organización que se encuentran aislados y con miedo de la peor noticia.
Como Presidente de obra social OSPAT me importa hoy concientizar sobre este maldito virus ante tanta necedad que impide ver un flagelo que arrebata a los seres queridos.
Sumarme a esa voz, a ese clamor: “Cuídense”. Todo lo posible y en todo momento. Son momentos terribles. Extremen sus cuidados y a los suyos.
