¿Qué es este medicamento para la diabetes que también se usa para bajar de peso?
En los últimos meses, el nombre “Ozempic” apareció en titulares, redes sociales y conversaciones cotidianas, transformándose en una especie de símbolo de la delgadez rápida y sin esfuerzo. Lo que muchos no saben es que este medicamento no nació como una fórmula mágica para adelgazar, sino como un tratamiento para la diabetes tipo 2. Su llegada a la Argentina abre debates sobre salud, ética y acceso.
¿Qué es Ozempic y cómo actúa?
Ozempic es el nombre comercial del fármaco cuyo principio activo es semaglutida, un análogo de GLP-1 (péptido similar al glucagón tipo 1) que se administra una vez por semana mediante inyecciones subcutáneas. Su función principal es regular el azúcar en sangre en personas con diabetes tipo 2, estimulando la secreción de insulina y reduciendo el apetito.
Pero lo que llevó a Ozempic al centro de atención fue un efecto colateral inesperado (y para muchos, deseado): la pérdida de peso. Estudios clínicos demostraron que algunos pacientes podían bajar entre un 10% y un 15% de su peso corporal con el uso sostenido del medicamento, lo que despertó el interés más allá del ámbito médico.
¿Por qué genera tanta controversia?
⚠️ Uso off label (fuera de indicación aprobada)
En muchos países, incluyendo Argentina, Ozempic está aprobado exclusivamente para el tratamiento de la diabetes tipo 2. Sin embargo, su uso como medicamento para adelgazar en personas sin esta condición se ha vuelto cada vez más común, lo que plantea dilemas éticos y de salud pública.
⚠️ Escasez mundial y desigualdad en el acceso
El boom mediático disparó la demanda global, generando faltantes en farmacias y poniendo en riesgo el acceso para quienes realmente lo necesitan como tratamiento crónico para su diabetes.
⚠️ Riesgos del uso sin supervisión médica
Utilizar semaglutida sin indicación ni seguimiento profesional puede provocar efectos adversos: náuseas, vómitos, diarrea, pancreatitis, problemas en la vesícula y riesgo de hipoglucemia. Además, suspender el tratamiento sin acompañamiento puede generar un efecto rebote en el peso corporal.
¿Qué se espera con su llegada a la Argentina?
En el país, Ozempic ya fue aprobado por ANMAT como tratamiento para diabetes tipo 2, y su disponibilidad en farmacias está generando una fuerte expectativa. La clave estará en garantizar su uso responsable, priorizando a quienes realmente lo necesitan desde el punto de vista clínico.
Mientras tanto, desde algunas entidades de salud ya se promueve la necesidad de informar adecuadamente a la población y evitar la banalización de su uso como un «adelgazante de moda», tal como ha ocurrido en redes sociales e incluso entre algunas celebridades.
¿Puede ser una herramienta válida para el tratamiento de la obesidad?
La obesidad es una enfermedad crónica compleja, y en algunos casos seleccionados —especialmente cuando existe comorbilidad con diabetes, hipertensión o apnea del sueño—, el uso de medicamentos como semaglutida puede ser una herramienta útil. De hecho, versiones del fármaco específicamente aprobadas para el manejo del peso, como Wegovy, ya fueron aprobadas en EE.UU. y Europa.
Sin embargo, nunca debe reemplazar los pilares del tratamiento: alimentación saludable, actividad física y acompañamiento psicológico. Y mucho menos convertirse en una salida rápida basada en la presión estética o la ansiedad por resultados inmediatos.
Un boom que interpela a la salud pública
La llegada de Ozempic invita a una conversación más profunda sobre cómo tratamos la obesidad, cómo regulamos el acceso a medicamentos innovadores y cómo enfrentamos la cultura del cuerpo perfecto. También nos recuerda que la información clara, el acompañamiento profesional y el enfoque integral son esenciales cuando hablamos de salud.
¿Querés saber si este tratamiento es adecuado para vos?
Consultá con un médico desde la app Hola Doctor antes de automedicarte. La salud no es una tendencia: es una responsabilidad.
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