Dormir no es solo un momento de descanso: es una función vital que actúa como medicina natural para el cuerpo y la mente. Durante el sueño profundo, el organismo se repara, fortalece el sistema inmune, regula hormonas y consolida la memoria. Dormir mal, en cambio, puede afectar seriamente la salud física y emocional.
😴 ¿Qué pasa cuando dormimos mal?
La falta de sueño no solo genera cansancio. Dormir menos de lo necesario de forma crónica se relaciona con:
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Mayor riesgo de hipertensión, diabetes y obesidad.
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Aumento del estrés y la ansiedad.
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Déficit de memoria y concentración.
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Sistema inmunológico debilitado, lo que facilita infecciones.
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Mayor probabilidad de accidentes laborales y de tránsito.
Dormir bien es un pilar de la prevención, igual de importante que una alimentación equilibrada y el ejercicio físico.
🕒 ¿Cuánto deberíamos dormir?
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Adultos: entre 7 y 9 horas por noche.
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Adolescentes: entre 8 y 10 horas.
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Niños: entre 9 y 12 horas.
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Adultos mayores: entre 7 y 8 horas.
🌙 Consejos prácticos para mejorar tu descanso
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Rutina de horarios: acostarse y levantarse siempre a la misma hora.
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Ambiente adecuado: habitación fresca, oscura y sin ruidos.
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Pantallas lejos de la cama: evitar celular y TV al menos 1 hora antes de dormir.
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Cena liviana: evitar comidas pesadas o muy tarde.
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Actividad física regular: mejora la calidad del sueño, pero no hacerla justo antes de dormir.
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Relajación antes de acostarse: leer, meditar o escuchar música suave.
🧠 Dormir es prevenir
Dormir bien reduce el riesgo de enfermedades crónicas, mejora el ánimo y aumenta la productividad. En OSPAT, promovemos hábitos de descanso saludable como parte de nuestra estrategia de Atención Primaria y Preventiva de la Salud (APPS).
Priorizar el sueño es una inversión diaria en bienestar y longevidad.
Porque dormir bien es curar.