Con la llegada del frío, muchas personas comienzan a sentir un aumento en los dolores musculares, articulares y de zonas sensibles del cuerpo. Las bajas temperaturas no solo incomodan: también pueden agravar síntomas de enfermedades crónicas como la artrosis, la fibromialgia o las contracturas persistentes. ¿Por qué sucede esto? ¿Y qué podemos hacer para prevenir o aliviar el malestar durante los meses más fríos del año?
¿Por qué el frío intensifica los dolores físicos?
Durante el invierno, el cuerpo reacciona naturalmente a las temperaturas bajas contrayendo los músculos y disminuyendo el flujo sanguíneo en las extremidades. Esto provoca rigidez articular, inflamación y aumento de la sensibilidad al dolor.
En personas con artrosis o enfermedades reumatológicas, el cambio de clima puede generar crisis más intensas, con sensación de bloqueo o dolor punzante en zonas como rodillas, caderas, columna o manos. En quienes padecen fibromialgia, el frío puede activar más puntos dolorosos y generar fatiga crónica. Incluso en personas sin diagnóstico previo, las contracturas musculares se vuelven más frecuentes por posturas forzadas o falta de movimiento.
Enfermedades crónicas más afectadas por el frío
✔️ Artrosis: El cartílago que recubre las articulaciones se desgasta y, con el frío, los síntomas suelen empeorar.
✔️ Fibromialgia: La baja temperatura intensifica la rigidez muscular, la fatiga y la sensibilidad.
✔️ Dolores musculares crónicos o contracturas: Más frecuentes en invierno por el estrés térmico, el sedentarismo y las malas posturas.
✔️ Artritis reumatoidea: El clima frío y húmedo puede desencadenar brotes inflamatorios.
Cómo prevenir o aliviar el dolor muscular y articular en invierno
✅ Mantener el cuerpo en movimiento
Aunque cueste más salir de casa, es fundamental realizar actividad física moderada y regular: caminatas, estiramientos, yoga suave o rutinas adaptadas ayudan a mantener la movilidad y reducir la rigidez.
✅ Evitar la exposición prolongada al frío
Vestirse con varias capas de ropa térmica, usar guantes y proteger especialmente rodillas, cuello y espalda.
✅ Aplicar calor local
Las bolsas térmicas, duchas calientes o parches de calor pueden relajar los músculos y aliviar el dolor.
✅ Cuidar la postura
Durante el invierno tendemos a encogernos por el frío. Corregir la postura al estar sentado o frente a pantallas evita tensiones musculares.
✅ Alimentarse bien e hidratarse
Una dieta antiinflamatoria, rica en frutas, verduras y ácidos grasos saludables, contribuye a reducir la inflamación. Beber agua, aunque no tengamos sed, es clave para mantener los tejidos bien hidratados.
✅ Consultar al médico si el dolor es persistente
No naturalices el dolor. Si persiste o se intensifica, es importante buscar diagnóstico y orientación profesional.
Conclusión: el invierno también se cuida desde el cuerpo
El dolor en invierno no es solo una sensación incómoda: puede ser un signo de alerta del cuerpo. Escucharlo, prepararse para las bajas temperaturas y adoptar hábitos de autocuidado es la mejor forma de atravesar los meses fríos con bienestar.
Si vivís con alguna condición crónica o notás que el dolor aumenta con el clima, no estás solo. Cuidarte también es anticiparte.