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Cáncer de piel: lo que el verano no puede tapar

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La importancia de reconocer señales, protegerse y dejar de normalizar el daño solar

El sol no es enemigo. Da energía, regula ritmos biológicos, mejora el ánimo y es fuente natural de vitamina D.
El problema no es el sol: es la exposición desmedida, repetida y sin protección.
Y ese hábito profundamente arraigado en la cultura argentina —playa al mediodía, “me quemo y después me bronceo”, “total es un ratito”— tiene consecuencias que no siempre se hacen visibles de inmediato: envejecimiento prematuro, lesiones en la piel y, en muchos casos, cáncer de piel.

El cáncer de piel es uno de los más frecuentes del mundo y también uno de los más prevenibles.
En Argentina, su incidencia aumenta cada año. La combinación de alta radiación UV, hábitos de exposición sin protección y falta de controles dermatológicos genera un escenario donde miles de casos podrían evitarse con medidas simples: protector solar, ropa adecuada, chequeos periódicos y horarios de sombra.

Pero el problema es que el daño solar no se siente en el momento.
La piel “recuerda”: cada quemadura en la infancia, cada bronceado extremo en la adolescencia, cada temporada sin protección deja una huella celular que se acumula con el tiempo.
Por eso, el cáncer de piel puede aparecer décadas después, incluso en personas que hoy se cuidan.

Existen distintos tipos de cáncer de piel, pero los más frecuentes son el carcinoma basocelular, el carcinoma espinocelular y el melanoma.
Los dos primeros suelen tener buen pronóstico si se detectan temprano.
El melanoma, en cambio, es menos común pero mucho más agresivo y potencialmente mortal si no se identifica a tiempo.
La diferencia entre un diagnóstico precoz y uno tardío puede cambiarlo todo: desde un tratamiento sencillo hasta una enfermedad grave.

La clave es mirarse la piel y aprender a reconocer señales de alarma.
Los especialistas recomiendan seguir la regla del ABCDE del melanoma:

  • Asimetría

  • Bordes irregulares

  • Color desigual

  • Diámetro mayor a 6 mm

  • Evolución o cambios en poco tiempo

Cualquier lunar que pique, sangre, cambie de forma o crezca debe ser evaluado por un dermatólogo.
La detección temprana no solo salva vidas: evita intervenciones extensas y reduce secuelas.

El verano invita a exponerse más, pero también es el mejor momento para tomar decisiones conscientes.
El protector solar debe usarse todos los días, incluso con nubes, y reaplicarse cada dos horas o después del agua. La ropa clara y liviana, los sombreros de ala ancha y los lentes con filtro UV no son accesorios de moda: son barreras de protección.
Evitar el sol entre las 10 y las 16, buscar sombra y no utilizar camas solares son prácticas esenciales, especialmente en pieles de fototipo claro o en personas con antecedentes familiares.

La prevención no es paranoia: es sentido común.
Y no es solo para adultos: el 80% del daño solar significativo ocurre antes de los 18 años. Por eso, enseñar desde la infancia la importancia de proteger la piel es una de las estrategias más efectivas para reducir casos de cáncer en la vida adulta.
La salud de la piel no se negocia: se cuida desde temprano.

La buena noticia es que el cáncer de piel es uno de los pocos donde la prevención tiene un impacto gigante. Nunca es tarde para empezar a cuidarse, aunque haya antecedentes de exposición excesiva. Cada verano puede ser distinto si elegimos hábitos nuevos.

La piel es el órgano más extenso del cuerpo y también el más expuesto.
Es memoria, es frontera, es señal de alerta. Y cuando habla, hay que escucharla.
No para tener miedo, sino para elegir mejor.

El verano no puede tapar lo que la ciencia ya sabe:
la protección solar salva vidas.
Las revisiones dermatológicas, los controles anuales y la autoexploración son herramientas tan simples como poderosas.
Y la prevención no es solo una práctica de verano: es un compromiso de todo el año.

Cuidarnos del sol no es renunciar al disfrute, sino garantizar que podamos disfrutarlo durante toda la vida.
Porque la piel no olvida… pero nosotros sí podemos cambiar la historia.

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